El 'filtrado' de contenidos y la reforma del 'copyright' en el Parlamento Europeo afectará de lleno al internauta

EFE / AMAYA QUINCOCES RIESCO

  • El Parlamento Europeo aprueba la reforma para que las plataformas filtren aquellos contenidos que vulneren los derechos de autor y paguen a sus autores.
  • Esto puede afectar desde el uso de memes o vídeos hasta al modelo de compañías como Facebook, Google o Twitter.
  • A pesar de que sería necesario un algoritmo muy complejo e inteligente, al trabajar con datos sería muy complicado que no fuera imperfecto.

Copyright

La Comisión de Asuntos Jurídicos del Parlamento Europeo (PE) ha dado este miércoles luz verde -14 votos a favor, 9 en contra y 2 abstenciones- a la reforma del copyright europeo que quiere asegurar que las plataformas de internet paguen de forma justa a los que contribuyen con su propio contenido del mismo modo que ocurre en las publicaciones físicas.

Para ello han respaldado la posibilidad de que las grandes compañías filtren todo el contenido que los creadores suben a su espacio, una solución que no ha gustado ni a algunos grupos minoritarios del PE, ni a las tecnológicas, ni a la organización europea de consumidores (BEUC).

Se trata de un paso más en el camino legislativo -todavía resta el voto en pleno y la aprobación final de países comunitarios- de la reforma de la directiva de derechos de autor en la UE, cuyo último texto data de 2001, antes de que internet cambiara completamente el paradigma.

Los internautas pueden acabar siendo los principales afectados por este filtrado automático de contenidos que propone la directiva. De salir adelante, según los expertos en propiedad intelectual, impediría a los usuarios publicar música o imágenes si las plataformas no pagan derechos de autor por ello.

Esto implica que las plataformas afectadas podrían ir desde Twitter, hasta Google, Facebook, YouTube, Flickr, e incluso WhatsApp, aunque tampoco se descarta que se vean involucrados con la nueva normativa otros sitios web mucho más pequeños, como la página de una escuela, de un centro deportivo o incluso el blog de un aficionado al arte.

El 'copyright' digital

La nueva directiva europea de derechos de autor incluye además un artículo 11 que recuerda en cierto modo a la tasa Google que aprobó España en 2014, en el sentido de que busca que los agregadores de noticias en internet (Google, Facebook, Menéame) y las páginas web con vínculos a publicaciones en abierto de medios de comunicación paguen por enlazar a dichos contenidos.

Los eurodiputados se suman en su propuesta a la preocupación de las pequeñas compañías y autores cuyos contenidos se agregan a grandes plataformas sin recibir una remuneración adecuada por ello. Y no sólo eso, también quieren poner un límite a las ocasiones que una plataforma puede reproducir un mismo contenido sin remunerar proporcionalmente al responsable del mismo.

Las nuevas normas también obligarán a las plataformas a incluir en su sistema herramientas de control de derechos de autor, de forma que estos puedan denunciar fácilmente cuando no se cumplen sus derechos. Sin embargo, se eximiría a plataformas de internet enciclopédicas y sin afán de lucro, como Wikipedia.

Para asegurar ese control de protección de los derechos de autor, las grandes plataformas como Google y Facebook deberán escrutar de forma sistemática el contenido que suben los usuarios, una medida que no beneficiará "ni a consumidores ni a creadores", según ha opinado tras el voto la directora de BEUC, Monique Goyens, en un comunicado.

"La justa remuneración para los autores es importante, pero los consumidores no deberían pagar el pato", ha afirmado Goyens. Sin embargo, y paradójicamente, la solución tampoco es del gusto de las empresas tecnológicas, que tendrán que asumir el coste de las cargas tecnológicas para escrutar todo el contenido antes de su publicación.

Complejos algoritmos inteligentes...

El filtrado de contenidos que exigirá la nueva normativa europea a las plataformas tecnológicas se hará, en principio, mediante programas informáticos con algoritmos inteligentes que permiten comparar contenidos subidos por sus usuarios con los de los titulares de propiedad intelectual.

Para que estos sistemas de cribado de información sean eficaces y funcionen correctamente se necesitan "inversiones fuertes, además de desarrollos informáticos complejos", advierte la catedrática de propiedad intelectual de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC), Raquel Xalabarder.

Este tipo de software deberá analizar el contenido que le den previamente los productores de fonogramas, de películas, etc., y determinará mediante comparación qué información subida por los usuarios a las plataformas está sujeta o no a derechos de autor.

Sólo las grandes plataformas tipo Google o Facebook serán capaces tecnológicamente de hacer esos filtrados automáticos, lo que podría afectar a la competencia de mercado, explica la catedrática Xalabarder.

Un problema añadido es que a estas plataformas se les asignará un papel que supuestamente no les correspondería, como es valorar cada contenido colgado en internet por sus usuarios para determinar uno a uno cuál sería supuestamente infractor o no o cuál está amparado por algún límite legal (como la parodia, la cita o los fines docentes).

... pero una tecnología imperfecta

Se avisa, además, de que el cribado de contenidos mediante sistemas informáticos puede dar problemas, dado que la tecnología existente no sólo es cara, sino imperfecta.

"Necesita mucha inversión y es fácil de engañar", explica Xalabarder, y expone que, si se cambia ligeramente el color de una producción, por ejemplo, la graduación de una tonalidad, la máquina de filtrado puede dejar de detectar el contenido exacto.

Desde el punto de vista económico, la exigencia de un filtrado de contenidos exigirá pagar "un peaje" añadido a las plataformas que normalmente ofrecen gratis sus servicios a cambio del uso de datos de los usuarios o publicidad, y que podrían verse obligadas a modificar sus modelos de negocio.

En un documento recientemente publicado por la Asociación de Internautas se desgranan ejemplos concretos de los posibles efectos de esta directiva europea de derechos de autor sobre el cibernauta.

Se advierte de que éste no podrá ver publicados sus memes o parodias pictóricas en internet sobre cuestiones cotidianas si algún filtro de contenidos detecta una imagen o marca protegida o que ocurrirá lo mismo con remezclas musicales o el aficionado que quiera mostrar sus progresos en internet aprendiendo a tocar la guitarra: no se podrá compartir en redes sociales si alguna de las producciones incluidas está protegida por derechos de autor.





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