Una buena puerta asegura el entorno y ahorra energía

Comprar puertas ya no es tan complicado, ni debe generar preocupaciones con tanta variedad de opciones para escoger y una gran ventaja de los tiempos que vivimos: ver catálogos por Internet y hasta realizar la compra a distancia y esperar a que vengan a instalarla.

Una buena puerta es garantía de seguridad, de los espacios donde se utiliza, sea el espacio interior, en nuestra casa o en nuestra oficina. Una buena puerta también ayuda a ahorrar energía tanto la calefacción, el aire acondicionado y hasta la iluminación eléctrica. Contribuye al bienestar de nuestro hogar, la salud de nuestra familia, espacios de trabajo, y no menos importante, el ahorro económico en las facturas energéticas a final de mes lo cual se acumula hasta el final del año.

Hay innumerables tipos de puertas de diferentes materiales, tamaños, diseño, para un sinfín de usos, tanto puertas corredizas para interiores (baños, dormitorios, cocinas) disponibles en varios materiales como metal, madera, plástico y vidrio, y según avanza la tecnología cualquier material de nueva generación. Claro, que hay materiales resistentes además al fuego y al agua.

Si de madera se trata, los acabados disponibles son muchos, nogal vista, pino, lacadas o contrachapadas. Sobre todo si es una puerta principal de vivienda. Entre las metálicas tal vez son más conocidas las hechas de aluminio y en casos más de estructuras externas a la intemperie hechas de hierro y acero inoxidable.

¿Pero qué puerta comprar? Pues dependerá inicialmente de la necesidad que tengamos, luego del gusto y por supuesto la disponibilidad económica para la compra, factor que pudiera estar de primero en prioridad de acciones a tomar.

Y si de seguridad se trata pues son varias las opciones de la que se dispone hoy en día contando con los materiales  utilizados en la fabricación y de los componentes de seguridad que posea. Cuantos más impedimentos se instalen más difícil será violar la seguridad de una puerta.

Es importante que se comparen todos los elementos de una puerta para tener de esa manera una valoración real de la seguridad que está aportando, incluimos: el marco, la puerta en sí, el dispositivo de cierre y finalmente, la instalación. No vale mucho tener un marco muy fuerte si la puerta en sí es débil y los dispositivos componentes de la cerradura son débiles y fáciles de acceder, por lo mismo si el marco es débil y el resto de los componentes muy débiles. Todo debe estar puesto en consonancia.

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